La indetenible Ruota Fortuna

...Reino, he reinado, carezco de reino, Reinaré...

31 mar 2011

William Shakespeare y nuestro amor por las palabras



Hola, P.

Leyendo "Noche de reyes", de William Shakespeare (mientras el caballero aquél leía a Balzac), me topé con esto que me hizo pensar en ti. Lee mis comentarios al final de este delicioso coloquio entre Viola, quien por razones de seguridad debe hacerse pasar por un caballero llamado Cesário, y el Bufón de la Condesa Olivia. Las cursivas son mías:

ACTO TERCERO

Escena I

[Jardín de la casa de OLIVIA]
(VIOLA y EL BUFÓN. Éste lleva un tamboril y una flautita. Luego SIR TOBÍAS, SIR ANDRÉS, OLIVIA Y MARÍA)

VIOLA
Dios te guarde a ti y a tu música, amigo. ¿Tocas el tamboril para ganarte la vida? ¿Cuál es tu posición?

EL BUFÓN
Mi posición es elevada; domina la Iglesia.

VIOLA
¿Eres eclesiástico quizás?

EL BUFÓN
Nada de éso. La casa en que vivo está sobre una eminencia, desde la cual se domina la Iglesia.

VIOLA
Razonando de este modo podría decir que un mendigo domina a un rey, si su cabaña está en una eminencia cerca del palacio.

EL BUFÓN
Lo habéis dicho, Señor. ¡Qué tiempos estos! Para un hombre de talento una frase es un guante de gamuza, que con tanta facilidad puede volverse del revés, como del derecho.

VIOLA
Es verdad. Los que saben jugar con las palabras, con facilidad las corrompen.

EL BUFÓN
En ese caso desearía que mi hermana no tuviera nombre.

VIOLA
¿Por qué?

EL BUFÓN
Porque su nombre es una palabra, y si con ella se juega, es de temer que mi hermana también se corrompa.  Las palabras son verdaderas prostitutas desde que las promesas las han deshonrado.

VIOLA
¿Qué razones tienes para sostener eso?

EL BUFÓN 
No puedo sostenerlas sin palabras, y han llegado a ser tan falsas, que me repugna probar con ellas mis razones.

VIOLA
A fe que eres un sujeto alegre y que no te preocupas por nada.

EL BUFÓN
Estáis equivocado; hay cosas que me preocupan.  Pero con toda honestidad, Señor, vos no me preocupáis.  Si eso es preocuparse por nada, Señor, quisiera que eso os convirtiera en invisible.

VIOLA
¿No eres el loco de la Condesa Olivia?

EL BUFÓN
No, Señor; la Condesa Olivia no gusta de la locura, y no mantendrá ningún loco, hasta que no esté casada.  En realidad, yo no soy su loco sino su corruptor de palabras.


¡Ah, P.! El maltrato que podemos ejercer a las palabras exquisitamente reflejado en estas líneas paridas por el ingenio de Shakespeare. No es la palabra misma, sino quien osa mancharla en su boca. Parece que todos estos malditos politiquillos de siete suelas lo saben muy bien: los que saben jugar con las palabras, con facilidad las corrompen. Y pensar que estamos rodeados de tontos que no lo notan o, peor aún, prefieren no notarlo.

Te dejo mil besos con sus respectivos abrazos :*

E.

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